Cristo Románico

Lema

Pies que caminan juntos.  Corazones que sienten juntos y juntos viven lo que Silos es y significa.






Gran éxito de los conciertos del septiembre Musical 2010

Publicado el viernes, 22 de octubre de 2010

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Calidad, profesionalidad y dinamismo, notas relevantes de la XIV edición de los conciertos del "Septiembre Musical 2010".

Los Conciertos de la XIV edición del "Septiembre Musical", han tenido lugar, según programa, los días 4, 11 y 18 de este mes.
Celebrados en el cálido y amistoso marco del recién restaurado Convento de San Francisco de Santo Domingo de Silos, un año más han merecido los elogios del público asistente.
Los artistas, con gran profesionalidad, pusieron cuerpo y alma en la interpretación de sus selectos programas, recibiendo calurosos aplausos y felicitaciones.
A continuación se exponen los comentarios, algunos aparecidos en la Prensa, que, de cada uno de ellos, han hecho expertos musicólogos.

 


                          Elegancia, delicadeza y ternura,
                       nombres propios
                para un emotivo Concierto de piano.


La joven pianista francesa Fanny Amélie, residente en Sevilla, ofreció el sábado 4, un emotivo concierto de piano organizado por la Asociación Amigos de Silos, que todos los años, en septiembre, se esfuerza por mantener esta manifestación cultural a un alto nivel técnico y artístico.
Ante un público expectante, la artista abrió con brillantez la décima cuarta edición de Septiembre Musical en Silos. En la Primera Parte interpretó la Fantasía en do menor KV 475 y la Sonata en do menor KV 457 , dos de las obras más importantes de Mozart. Ambas obras constituyen un todo, un microcosmos de expresión magistral y desarrollo temático. El autor, primero compuso la Sonata y luego un año después la Fantasía (su momento "romántico" por excelencia) para precederla. Las dos nos muestran un Mozart pianísticamente mucho más osado y avanzado que en sus obras anteriores. Desde los primeros compases, el público que colmaba totalmente la iglesia del Convento de San Francisco de Silos, captó el destacado virtuosismo de la pianista y espontáneamente lo premió con fuertes y largos aplausos.

Después de un breve descanso, dio comienzo la Segunda Parte con el Nocturno Op. 9 nº 1 en si bemol menor que se desarrolla con una libertad rítmica que más tarde caracterizaría la obra posterior de Chopin. La mano izquierda debe tocar ininterrumpidamente durante toda la pieza secuencias de corcheas en arpegios simples, y aquí Fanny Amélie supo acariciar las notas con tal delicadeza que evocaba bandadas de mariposas volando de flor en flor. La mano derecha, por su parte, se movía con total libertad en un fraseo ascendente. El dominio de la expresión y el sentimiento, manifestado por la pianista arrancó del público un merecido aplauso, al que siguió el Nocturno Op. 27 nº 2 en re bemol mayor, que es una pieza de una gran sofisticación. A menudo se le conoce también por el título de Nocturno Condesa. Presenta una estructura binaria que Fanny destacó con elegancia, a la que correspondió el auditorio con generosos aplausos, que sirvieron de transición oportuna al Nocturno Op. 48, nº 2 en fa sostenido menor, compuesto en el año 1841 y dedicado a la señorita Duperre. La pianista ha demostrado sobradamente su familiaridad y dominio interpretativo de Chopin. Pero aún faltaba otra obra de este autor en la que la artista francesa iba a desplegar todo su sentimiento y principalmente toda su técnica y virtuosismo pianísticos.

1ª Balada Op. 23 en sol menor. Las Baladas son algunas de las piezas más difíciles del repertorio para piano estándar. El término "balada" se asoció con la poesía francesa. Chopin fue uno de los pioneros de la balada como forma musical. Ésta es una de las piezas más populares de Chopin. Una característica distintiva de las Baladas es su compás. Técnicamente, muchos pasajes de esta Balada requieren escalas rápido, muy rápido y grandes acordes, octavas y digitaciones difíciles, que Fanny Amélie supo resolver magistralmente. En algunos momento de la interpretación una lluvia de notas veloces suspendió por segundos la respiración del auditorio.

Finalmente, la artista se enfrentó con tres piezas de Albéniz: Granada, Córdoba y Triana. Con una admirable concentración e intimismo fue desgranando Granada, que es una serenata reposada y sensual en la que la mano izquierda presenta una rica melodía que constituye el tema principal. Un segundo tema, en modo menor, contrasta con su atmósfera melancólica y de misterio.

Córdoba es una de las obras más sobresalientes del piano español de todos los tiempos. Está adornada de unas interesantes sutilezas de tipo formal o armónico, que nos trasladan al misterio de la noche en Córdoba. Por algo la pieza tiene como cabecera esta leyenda: "En el silencio de la noche, que interrumpe el susurro de las brisas aromadas por los jazmines, suenan las guzlas acompañando a las Serenatas y difundiendo en el aire melodías ardientes y notas tan dulces como los balanceos de las palmas en los altos cielos". La joven artista ha sabido interpretar ese misterio con esa seguridad expresiva que, como la buena poesía, arranca la emoción.

Triana está dentro de la suite Iberia, escrita por Albéniz entre 1905 y 1909. Es quizás la más importante obra de la literatura pianística española, así como una de las cimas de la música para piano de todos los tiempos. Iberia consta de cuatro Cuadernos de tres piezas cada uno. Triana es la tercera pieza del Segundo Cuaderno y es una de las más divulgadas de este autor. Evoca el barrio sevillano a través de una seguiriya bulliciosa y colorista, dentro de una estilización poética que no cae en el folclore tópico. Hay en toda la pieza una elegancia de fraseo y un señorío de la mejor ley.

Para ir terminando, conviene destacar algo relativo a la imagen que ofrecía la pianista, mientras ejecutaba las piezas. Dentro de su aparente fragilidad física, se descubría en ella una poderosa energía en los momentos fuertes. Su compostura frente al piano era de una llamativa sencillez, no exenta de elegancia, con movimientos reposados, dignos y en ocasiones majestuosos sin dejar de ser sencillos. Esa elegancia de movimientos corporales daban la sensación de que estaba meciendo una criatura entres sus brazos.

Como propina final Fanny Amélie cantó, con una preciosa y dulce voz, un poema de Juan de Jorge, un amigo entrañable, cuyas cenizas reposan al lado del ciprés de Silos.

En nombre de la Asociación Amigos de Silos, quiero manifestar el más sincero reconocimiento a la Fundación Silos por la espléndida restauración del Convento de San Francisco de Silos y por su generosa colaboración en esta nueva edición de los conciertos de Septiembre Musical en Silos. También quiero dar las más efusivas gracias a Caja Burgos por prestarse a patrocinar esta aventura cultural, digna de todo encomio, sin olvidar, dentro de los agradecimientos, a la Abadía de Silos y a la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero.

P. Bernardo-Recaredo García Pintado


                  Perfecta sintonía del piano y clarinete
               en el recital ofrecido por los burgaleses
                      Emilio y Jesús González Vian

El antiguo convento de San Francisco, recientemente restaurado, fue el escenario del segundo concierto del ya consagrado "Septiembre musical". Esta iniciativa, que nació bajo el amparo de la Asociación Amigos de Silos en 1997, tiene como finalidad dinamizar la vida cultural de la región, en un mes como el de septiembre, en el que encontramos muy poca oferta.

En esta ocasión, alrededor de doscientas personas se acercaron en la tarde del pasado sábado para escuchar el recital de piano y clarinete que ofrecieron los hermanos Emilio y Jesús González Vian. Ambos, con una sólida formación, gran trayectoria y años de docencia en distintos conservatorios y centros musicales, nos brindaron una agradable velada mostrando, sobre todo, una perfecta sintonía de los dos instrumentos, a la vez de su riqueza tímbrica.

El concierto dio comienzo, tras la breve explicación de un cambio en el programa, con la composición del danés Carl August Nielsen (1865-1931) Fantasy for clarinet and piano. La interpretación, perfecta, muy bien expresada y con especial cuidado de los detalles, fue premiada con fuertes aplausos por parte del público asistente. Merece la pena destacar, en la que fue la primera parte, la interpretación al piano de la sonata No 14 (Op. 27, No 2) Claro de Luna, de Ludwin von Van Beethoven (1770-1827), que nos introduce en el periodo medio de su compositor y en la que queda plasmada toda su experiencia emocional: expresión de sufrimiento sin par, tan intenso como su aparente calma. Emilio, que ejecutó esta pieza con seguridad, supo darle un ritmo y tempo apropiados, tratando magistralmente los matices, dejándonos pinceladas de virtuosismo. Una pieza, tantas veces escuchada, que el sábado consiguió de nuevo emocionar.

También los compositores españoles estuvieron presentes. Así pudimos encontrar piezas del clarinetista y compositor Miguel Yuste (1883-1947), cuyo estudio melódico, Op. 33, fue interpretado brillantemente por el dúo, demostrando, una sincronización ajustada, solventando todas las dificultades de la partitura. También, y esta vez sólo al piano, Emilio nos interpretó Tango en Do, Op. 165, de Isaac Albéniz (1860-1909) y Danzas fantásticas (ensueño), Op. 22, de Joaquín Turina (1882-1949). Jesús, por su parte, interpretó la obra Rapsodia para clarinete solo, de Giacomo Miluccio (1928-), muy bien expresada, consiguiendo darle el carácter propio de las composiciones del autor.

Tras el descanso, y en una segunda parte, quizá más viva, en la que el protagonista fue el clarinete, interpretaron la Sonata para clarinete y piano de Gregorio Sciroli (1722-1781), e Introducción, tema y variaciones de Rossini (1792-1868). Este último un tema muy clásico, bien interpretado por el clarinetista, cuyas variaciones se van complicando cada vez más, convirtiéndose en pequeñas piezas virtuosas, contrastando con otras más delicadas y melancólicas. Pero, sin duda, la interpretación más destacada y más aplaudida, fue el Ave Maria de Franz Shubert (1797-1828). Esta obra fue compuesta aproximadamente en 1825, cuando Schubert tenía veintiocho años, lleno de devoción por la Santísima Virgen a María.

Escrita para voz y piano, se publicó en 1826 como Op 52, No 6. La letra usada comúnmente no es la que el compositor pensó originalmente. Franz Schubert ,de hecho, escribió originalmente la música para un extracto del poema The lady of the lake, de Sir Walter Scott (1771-1832), que fue traducido al alemán por Adam Storck. Schubert llamó su pieza Ellens dritter Gesang (la tercera canción de Ellen). El dúo, a la altura de las exigencias de esta delicada composición, la interpretó con emoción y maestría, cuidando especialmente de los reguladores. El clarinete, sin duda, soberbio.

La penúltima pieza, el Largo de Haendel (1685-1759), perteneciente a la ópera "Xerses" y que a menudo es interpretado sólo en su versión instrumental dio paso a una composición muy conocida, Gabriel´s oboe, de Ennio Morricone, perteneciente a la banda sonora de la película La misión. Pieza muy conocida que el dúo interpretó perfectamente, dejando en Silos una demostración palpable de su profesionalidad, calidad y buen hacer, en esta especialidad, el dúo, que exige equilibrio y claridad sonora. Una larga ovación de los asistentes fue premiada por parte de Emilio y Jesús, quienes nos regalaron, de nuevo, variaciones de la obra de Rossini, finalizando así la velada.

De nuevo, el sábado que viene, día 18, a las 17:45, Silos se trasformará en capital de la música, esta vez en su vertiente de guitarra clásica de la mano de Jusuk Lee (Corea, 1983).

Fray Angel Abarca Alonso


                   El joven coreano Jusuk concluye
                 el septiembre musical de este año
             con un delicioso concierto de guitarra clásica

 

El pasado día 18 de Septiembre, tuvo lugar en el recién restaurado Convento de San Francisco el último concierto de la XIV edición del Septiembre musical de Silos. En la presentación los responsables de la Asociación de amigos de Silos explicaron al público asistente el sentido dinamizador que quieren imprimir a la localidad, desarrollando un ciclo, que tras catorce ediciones se encuentra ya muy consolidado y por el que han pasado numerosos grupos y solistas.

En esta ocasión, el público presente, aproximadamente un centenar de personas, pudieron deleitarse con la buena música que nos trajo el joven guitarrista clásico, Jusuk Lee. Nacido en 1983 en Corea del Sur, cursó sus primeros estudios en su país natal, graduándose en la Universidad de Arte de Corea. Actualmente cursa estudios superiores en el Real Conservatorio de música de Madrid, con el profesor Gabriel Estadellas. Cuenta en su haber varios premios entre los que destacan el segundo premio y premio de música española en el concurso internacional Infanta Cristina, de la fundación Guerrero, en el año 2009. Es precisamente esta institución a través de un convenio de colaboración con los Amigos de Silos quien ha traído al artista a este recital.

El concierto dio comienzo a las 17.45 horas con tres piezas del compositor español F. Tárrega. "María", "Marieta" y "Las dos hermanitas" sirvieron a Lee para calentar las cuerdas de su guitarra y templar los nervios aún presentes en estos primeros momentos del concierto. El sonido aterciopelado y el tratamiento de la frase con profundidad y delicadeza, fueron suficientes para arrancar los primeros aplausos del público. Enseguida pudo verse, que se trata de un gran intérprete, expresivo, aunque quizá la amplificación artificial de la guitarra, desvirtuó un gran sonido natural.

Continuó la actuación con una pieza clásica de Giuliani, denominada "Gran obertura", donde se apreció mucha corrección en la ejecución con un buen fraseo y una buena conducción de las voces, muy equilibradas.

A continuación, el artista ofreció dos piezas que hacen referencia al maestro del tango Astor Piazzola. Una de ellas de Brower, "Homenaje" y otra del propio Piazzola, "Invierno Porteño", sirvieron para ver a Lee mucho más centrado en la música y fuera de todo condicionamiento técnico. En este punto pudo observarse todo el potencial del músico, con un sonido y limpieza impecables, ofreciendo una versión muy particular del Invierno porteño, llena de matización y delicadeza en la pulsación.

En la parte final del concierto, Lee nos ofreció "Koyubaba" de C. Domeniconi, y dos piezas más celebres como "Tango en Skay" de Dyens, y "La misionera" de F. Bustamante, que cerraron el recital. Como propina una obra coreana llena de armonías y matices orientales.

Emilio González Vián
Profesor del Conservatorio de Música "Rafael Frühbeck de Burgos"
Pianista de la Orquesta sinfónica de Bilbao

 

 


 

Nuestro agradecimiento a las entidades que, de un modo u otro han colaborado en la celebración de estas tardes musicales:

Abadía Benedictina de Santo Domingo de Silos.
Fundación Silos.
Caja de Burgos
Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero.


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